Entrevistada redonda
Manuel Álvarez trabaja, desde hace 6 años, junto a los
mejores basquetbolistas de la nación a nivel mundial. Los prepara físicamente
para que rindan al máximo. Esta nota no se queda atrás. Entérate, en esta entrevista, cómo llegó a estar donde está.
El
preparador físico de la Selección Argentina de Básquet, Manuel Álvarez (42),
cedió un lugar en su oficina en el Colegio del Centenario, de la Ciudad de La
Plata, para dialogar sobre cuestiones personales, de su pasado, presente y
futuro, en relación a la pelota naranja. Además de tener dicho cargo en el
combinado nacional, es Director del recién nombrado establecimiento
educacional, como también tiene dos gimnasios en la ciudad de las diagonales.
Alguien que dice las cosas como son, que se propone metas, que siempre tuvo y
tiene sueños, y sobre todo no se agranda por la situación deportiva por la cual
pasa. Ese es el entrevistado.
Sus comienzos
“En
ese momento, cuando comencé estudiando Educación Física, me dedicaba al
atletismo, además de estar vinculado al área de entrenamiento de la liga
amateur de fútbol, y eso me entusiasmó a ser profesor” indicó Álvarez haciendo
referencia a sus principios relacionados al deporte. “De la mano de ‘Fito’
Pássaro, que era ayudante técnico en ese entonces, entré a Gimnasia, ya que con
él fuimos compañeros en la facultad, y participé en un concurso interno. Quedé,
y me hice cargo del primer equipo, que por aquel momento jugaba en la Liga Nacional
B (NdeR: actual Torneo Federal)”sostuvo en relación a sus principios.
“Entre
mis 20 y 30 años me dediqué a formarme, sacrificando muchas situaciones, ya que
cuando uno decide desvincularse y trabajar, y a la vez formarse y en el camino
quedan muchas cosas, pero sirve para la auto-superación, para formarse día a
día. Hoy a mis 42 años y en el deporte de alto rendimiento, trato de seguir, de
sentirme ‘alumno’ y seguir formándome. Ésta es una actividad donde la pasión es
un domicilio permanente, y el día en el que se te acaba ese fuego es un momento
de dar un paso al costado. Yo, por eso, he sido un afortunado por todo lo que
me pasó. En el Básquet, no sólo en la Ciudad de La Plata, y luego en el
transito a la selección, poder dar la vuelta al mundo, estar en los mejores
estadios, con las mejores selecciones, y eso te pone en un lugar que resalta y
exalta la posibilidad de aprender un poco más” mantuvo el ex preparador físico
de Gimnasia y Esgrima La Plata.
Cuando
se le preguntó porqué se introdujo en el deporte de la pelota naranja, afirmó:“Al
básquet entré porque se me abrieron las puertas de desarrollar el área de
entrenamiento deportivo. En los principios de la década del 90, en el mundo
había una especialización y acá teníamos en Argentina una idiosincrasia de la preparación
física en general, con el cual entendía que podía, hacerme cargo, sin estar en
estar en el mundo del básquet, y trabajar. Y me involucré y me enamoré del
deporte. El que me abre las puertas es un amigo de la facultad, que era
entrenador de básquet y consideró que yo tenía las herramientas para trabajar
aquí.”
Esfuerzo, ganas, pasión y
trabajo
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Esas cuatro
características son algunas de las principales para definirlo Comenzó
estudiando para el profesorado de Educación Física en la UNLP en 1989, y
luego de conseguirlo en 1992, viajó por primera vez a Europa a hacer un
posgrado en Madrid, y luego especializaciones en Barcelona, Cuba, México y
Ecuador.
Profesionalmente
estuvo trabajando en Gimnasia y Esgrima La Plata, de la mano de Rodolfo Pássaro, desde 1993 hasta 2005, y tras
7 meses sin trabajar, llegó a la Selección siendo llamado por Sergio Hernández,
junto a Gonzalo García. Tiene contrato hasta 2014 con la “Generación Dorada”,
y, además, da congresos y charlas sobre básquet.
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Sus pasos como
preparador físico
Quién
te abre las puertas en un trabajo, el que te da esa posibilidad es muy
importante en la vida de uno. Para él fue Gimnasia y Esgrima La Plata, y así lo
recordó:“Gimnasia transciende los límites de la ciudad, a nivel institución y
en relación al básquet. Su sello en este deporte se dio a finales de los 70 y
principios de los 80, hablar de ellos son palabras mayores, además en ese momento,
con Obras Sanitarias y Ferro, eran los
más importantes en la Liga Metropolitana. Luego, cuando se formó la Liga
Nacional de Básquet, tuvo su lugar pero como todo, tuvo sus vaivenes de las
crisis económicas típicas institucionales. Rescato, de Gimnasia, estar
agradecido por abrirme las puertas, y he conocido gente que ha estado en el
club, que hoy soy amigos. Me siento halagado de haber trabajar en una
institución que en los 90’, junto a Boca y River, tenían 3 deportes de alto
rendimiento en puesto de vanguardia. Después en el 2004/05, cuando sale
campeón, el presupuesto era limitado y por cuestiones contractuales decidí
desvincularme del club, pero respetuosa y afectivamente. Si bien no soy hincha
del club, tengo un sentimiento de inmenso.”
El paso a la Selección
De
formar parte de un club a representar a tu país no es algo de todos los días, o
que te asciendan de tu puesto a un mayor tampoco. Te enorgulleces y estás feliz
porque remarcan tu trabajo. Lo mismo sintió Álvarez, y aseguró que: “El traspaso
fue un antes y un después. Tuve 7 meses sin club, y recibí el llamado del
entrenador Sergio Hernández, donde uno de sus asistentes es Gonzalo García, que
es un amigo con el que estuve en Gimnasia. Si bien lo conocía a Hernández por
torneos y enfrentamientos, no tenía una relación, pero fue un salto de calidad inmenso
y que da un roce internacional. Nos
hacemos cargo de una selección que llega al tercer puesto en Venezuela y
luego en Mundial de Japón. Pase de no tener club a estar en Japón entrenando a
la “Generación Dorada” con todo lo que implica. Nunca he sido un fanático, no
he tenido ídolos, excepto en cuestiones afectivas como mi padre o mis hermanos,
lo demás no me llamó la atención. Trabajar o no con Ginobilli no es que no me
deje dormir. Es el perfil que tengo, soy así y trabajo con mucha tranquilidad y
no con presión. Ya cuando los conoces es más cómodo, ya que reconocen a cada
uno de los recursos humanos que forma un plantel como una autoridad y hacen lo
que tienen que hacer, son muy respetuosos a la preposiciones. Están hermanados
al esfuerzo, y eso al preparador físico le soluciona todo los problemas. Es un
grupo de jugadores que se motiva con el sólo hecho de estar juntos y tienen el hambre de ganar. En mi paso,
donde todavía sigo, particularmente he tenido un desarrollo profesional único,
no solo de sesiones de entrenamiento, además hablo de conocer culturas, otras
personas, otros vínculos, que te llevan a tener una visión más amplia. Me hizo
valorar lo de Argentina, que con pocos recursos se consiguen muchas cosas. La
formación en Argentina ha sido y está a nivel de muchas en relación internacional,
específicamente la UNLP. Con respecto a la ‘Generación Dorada’, es un grupo de
muchachos estrictamente talentosos, muy sacrificados, que han conocido la
victoria o el sabor del podio muy jóvenes, con el subcampeonato del mundo en
2002, y luego en Atenas 04 con la de oro. Ese sabor cuando conoces el resultado
y la repercusión de la victoria, genera que sea un equipo ganador, y a su vez
después de haber ganado querés seguir en racha. Aquellos que se conforman estar
terceros o cuartos es porque no conocen dicho sabor. Ese fue el quiebre del
2002-04 hasta ahora, que ha hecho que esta base de jugadores quiera seguir
perteneciendo en la Selección. Hoy Argentina tiene un sello que te da un
orgullo inmenso. La enseñanza que me deja es: que la mentalidad ganadora, la
concreción de un logro es el trampolín para seguir mejorando.”
Un recuerdo que lo marcó
Tras
6 años con este entorno, era inevitable preguntarle por algún hecho que lo haya
marcado. “Uno de los recuerdos más importantes fue cuando perdemos la
posibilidad de entrar en las semifinales del 2010, en Turquía, fue muy
doloroso. Nos juntamos todos en una sala y él capitán dijo ‘ahora vamos a jugar
otro torneo, y tenemos que ser ahí los mejores’ y eso conseguimos, salir
quintos ganándole a España por el quinto puesto. Cuando la realidad de pone un
techo, hay que tratar de construir otro. Aunque no logramos el campeonato, hay
que dejar la mejor impresión y hacer bien tu trabajo” afirmó el preparador
físico.
El futuro del básquet
Es
de público conocimiento las edades de los importantes jugadores de la
Selección, y que cada cual tiene sus tiempos, por ende, Álvarez, al respecto,
remarcó que:“Lo que pasa en el futuro del básquet argentino, es que hay una
realidad del recambio que ya se transita. Pagará algún costo. Habrá ausencia de
grandes jugadores, tuvimos a Oberto, Ginobilli está cerca, Scola estará un poco
más, igual que Delfino, Gutierrez, Prigioni y Nocioni. Estaremos un poco
delgados ya que el paso del nivel de los jugadores de la Liga Nacional a
Europa, por la crisis, no se dará, será imposible, no hay incorporaciones,
faltaría ese salto de calidad, a pesar que la LNB es muy buena.”
Londres 2012
“Hicimos
un muy buen básquet. Hemos tenido la mala fortuna de enfrentarnos a Estados
Unidos en la semifinal, ya que son indiscutidos y te hace pelear la medalla de
bronce. El cuarto puesto está bien, le doy más jerarquía a Rusia. Jugamos ante
un rival durísimo, mucho recambio, tienen al mejor base de Europa, que no tenía
buenos partidos pero contra nosotros nos complicó. Tuvimos que decodificar su
defensa para hacerle daño, y nos ganaron bien. A medida que pasa el tiempo, a
todos nos hubiese gustado tener la de bronce, pero sabiendo quienes están en el
podio, es mucho más que digno. El sello que deja es que Argentina sigue
apostando a dejar al país bien arriba” analizó con respecto al último Juego
Olímpico en Londres, donde Argentina culminó cuarta, detrás de USA, Lituania y
Rusia.
Además de lo dicho…
En
la actualidad, además de ser preparador y director de un colegio, como formar
parte en un gimnasio, da cursos y charlas sobre lo que él aprendió y conoce
sobre la preparación en el deporte. “Es mi fuerte, nunca abandoné la docencia.
Trato de practicarla en cuanto pueda. La vida profesional me ha puesto en un
lugar en donde soy un referente en la preparación física en el básquet, y poder
transmitir esa experiencia en institutos académicos me hace sentir bien. Es
más, cuando deje la Selección Argentina, que está al caer, porque no sé cuánto
tiempo más estaré vinculado, lo que más extrañare será poder transmitir desde
un lugar que me da este puesto. Si no hay vínculo no hay enseñanza, eso es lo
más importante. El hecho de ser docente te da la duda como motor y genera
potenciar sus capacidades y transmitirlas, que es la gran expresión de la
docencia. Me siento cómodo y pleno con esto” indicó.
Un
hombre humilde, que con esfuerzo, ganas, pasión y trabajo se ganó el lugar
merecido dentro de dicho deporte. Hay que reconocerlo y aprender. Cuando uno
quiere e intenta puede, y Manuel Álvarez es un ejemplo. Y no sólo aprovecha la
oportunidad, sino la utiliza al máximo para su bien y para el de los demás. Un
tercer puesto en Venezuela, un cuarto en Japón, un segundo en Las Vegas, tener
la de bronce en Beijing, otro subcampeonato en Puerto Rico, el mencionado
quinto puesto en Turquía y el primer puesto en Mar del Plata lo demuestran.