Muchos ven al Mundial desde el punto de vista que 32 selecciones representan a su país y tienen el objetivo de quedarse con el trofeo. Pero, hay muchas cosas detrás de ello y una de ellas es el campeonato de las marcas deportivas. Si se hace un enfoque en ese tema, hay que decir que el Mundial ya tiene al campeón, y ese es Adidas.
Desde 1970, la empresa alemana suministró las pelotas para cada uno de los campeonatos que se jugaron. Y a medida que las marcas tuvieron éxito, también vistieron a las selecciones. En Brasil 2014, la pelea se planteó en quién iba a salir vencedor: ¿Adidas o Nike?
La marca de la pipa empezó ganando, ya que 10 de las 32 selecciones usaban dicha marca. Pero a veces no sirve tener lo mejor si no sabes cumplir con el objetivo. Ambas empresas se pelearon por quedarse con Alemania, y siguió siendo alemana. Nike, como contrapartida, optó por Francia (se sumó a los candidatos como Brasil, Portugal y Holanda). Adidas tenía nueve, con las destacadas Argentina y la mencionada selección teutona.
Las compañías que están en el 80% del mercado deportivo y que superan ingresos mayores a 5.000 millones de dólares anuales, pelearon palmo a palmo hasta el final. Nike, por primera vez, superó a Adidas en selecciones representadas, pero ese sueño de quedarse con la copa terminó en las semifinales: la pipa fue derrotada ampliamente por el representante argentino y el alemán. Ahora, las tres tiras buscará saber a qué país le suma otra estrella, mientras que la pipa espera que Brasil se reivindique por la caída en sus ventas tras el 1-7.
Atrás quedó Puma, con sus representantes africanos y la esperanza uruguaya. Ni hablar de Uhlsport (Irán) o Legea (Bosnia). Se reivindicó Lotto (Costa Rica) y Burrda no fue finalmente la sorpresa (Bélgica). Marathon (Ecuador) y Joma (Honduras) quedaron muy atrás.
Ah, y no sólo hace 24 años que Argentina y Alemania no jugaban una final entre sí, sino que pasaron también 24 para que la misma empresa esté en condiciones de ganar el Mundial. Adidas ya lo ganó, y eso que no se habló de los botines y tampoco de otras cuestiones. Aparte, ¡no mencionamos las miles y miles de camisetas que se vendieron en Colombia!