Entre idas y venidas, consiguió lo que quería. Vuelve un 23 de Junio, 363 días después del episodio escandaloso que marcó al club. Ahora no necesitará amistosos para enfrentar a Boca, ni jugar de “vida o muerte” contra Belgrano, como aquella bandera lo decía antes de su descenso. El máximo triunfador de la principal categoría del Fútbol Argentino a nivel profesional, vuelve a ponerse la camiseta de candidato y los enfrentará por los puntos.
“Le he pedido tanto a Dios, que al final oyó mi voz”, pudieron haber sido palabras de Matías Almeyda, entrenador de River, en su intimidad (además de que sean estrofas de una canción de Yulie Ruth, cual fue interpretada por Norberto “Pappo” Napolitano”). El director técnico le agradeció a Dios por el triunfo que los coloca en el lugar donde siempre tuvieron que estar.
Nunca se sabrá si el de arriba habrá querido, pero la cuestión es que el “Millonario” venció a Almirante Brown y logró la vuelta a la Primera División. En un sábado con revuelo, con partidos a la par donde se peleaban lo mismo que ellos (Central, Instituto y Quilmes) y otros la permanencia (Atlanta, Desamparados y Chacarita), uno de los punteros enfrentaba a “La Fragata” de Blas Armando Giunta en el “Monumental”. Un partido caldeado por lo que dijo el entrenador visitante en la semana. Giunta, vinculado con Boca, quería que se quedara el plantel riverplatense en la divisional porque “le hace bien al torneo”. Pero muchos tomaron a esto como chiste y fue más nafta (poca porque no hay mucha circulando) que se le tiró al cotejo.
Dependiendo de si mismos, al haber conseguido la punta que perdió con Central e Instituto, los de Almeyda venían de una derrota en Santa Fe sobre Patronato. Y da la casualidad de que cada derrota de River se mediatiza más de lo debido, y no solo por la grandeza del club. La anterior había sido contra Atlanta, teniendo en la voz de su ex entrenador, Carlos Roldan, palabras claves sobre ese triunfo histórico y alarmante para el campeonato que peleaban. Las otras: frente a frente a Aldosivi 2 a 1 y Atlético Tucumán por 2 a 0, la única de local.
Los hinchas, algunos, no estaban “juntos a la par” del equipo. Criticaban a los jugadores, Alejandro Domínguez el más buscado. Otros los aplaudían, por obligación de apoyo moral, y otros por reconocimiento. Inentendible, como la mayoría de los hinchas de los equipos del fútbol argentino, que se repudié jugadores que defienden tu camiseta y tus colores, a pesar de como lo hacen. En este caso, nada para reprochar: no lo digo con el diario del lunes, sino con noción y memoria, porque alguna vez les salvaron las papas. Vinieron y pusieron las manos en el fuego para resucitan a River.
El partido, el último en la B, fue complicado ya que fue un primer tiempo cerrado, donde Monasterio, arquero visitante, y Vega, local, tuvieron poca participación. En el “Millo” no fue efectivo Cavenaghi, González tuvo alguna molestia, y estos fueron los reemplazados para afrontar la segunda etapa. Con el privilegio que caracteriza a Matías Almeyda de saber a quién poner y en qué momento, al campo de juego iban Ocampos y Rogelio Funes Mori.
En la segunda etapa, con estos dos cambios tácticos, River fue más eficiente y con más notoriedad en sus ideas. Y fue así que, aunque estaba en offside Funes Mori (el delantero) que lo asistió, Trezeguet anotó el primero y desbordó de alegría todo el Antonio Vespucio Liberti. Debieron pasar 49 minutos de partido para dicha anotación. Con esto, el partido se abrió, tanto que ese planteo de Giunta quedó en la nada. Otra ocasión clara fue el penal que malogró el franco-argentino, donde el fantasma de Mariano Pavone sobrevolaba. Pero siguió buscando, y así fue que el ex jugador de Platense le daba el ascenso directo luego de otra habilitación de Rogelio Funes Mori, donde lo dejo con el arco a su merced. Fue 2 a 0 el resultado final, y por la derrota de Instituto que tenía su misma cantidad de puntos, se consagró Campeón.
Puntero, celebrando merecidamente en el vestuario, con 66 goles anotados y 28 recibidos, el equipo de Núñez abandona el difícil y apasionante torneo de la B Nacional. Con emblemas como Leonardo Ponzio, Ezequiel Cirigliano, Jonathan Maidana, Luciano Abecasis, Daniel Vega, los mellizos Funes Mori (quienes de a poco se ganaron la confianza de la hinchada), David Trezeguet, Fernando Cavenaghi y Alejandro Domínguez, vuelve a l divisional que los vio 33 veces campeón. Para lo que sigue, Almeyda tiene el aval del Presidente de la Institución. Suenan jugadores como Sebastián Saja; Marcelo Barovero; Diego Lugano; Enzo Pérez; Ezequiel Videla; Víctor Zapata; Román Martínez; Martin Rolle. De ellos, lo más cercanos: Martínez, Pérez y Zapata. Sobre los demás, es depende quienes siguen del plantel y quiénes no.
River dejará de lado, por este torneo por ahora, la necesidad de jugar amistosos frente a su clásico rival, Boca Juniors. Ahora, podrá enfrentarlo por los puntos, y en su estadio, si es que lo tendrá habilitado. Pero como la sangre derramada se pudo limpiar, seguro que se podrá. Eso sí, sigamos con la suspensión de Chacarita, pensemos que ellos son más violentos, y que lo merecen quita de puntos. ¿Habrá futbol para todos en la justicia? ¿Será para todos por igual? Lo cierto es que River ascendió y lo otro quedó bajo llave.
Este equipo hizo historia, aunque no quiera ser aceptado dicho termino. Y si de historia hablamos, cerramos con su himno, no tan conocido: River Plate, tu grato nombre, clamaremos con honor, siempre como un solo hombre, nos tendrás a tu alrededor... River Plate, tu grato nombre, derrotado o vencedor, mientras viva tu bandera, la izaremos con honor.
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